Tras proclamarse Campeona en el anterior Torneo del Circuito Nadal en Alicante, la PEKE repite triunfo en el último torneo del Circuito, en el Club Internacional de Tenis de Madrid. Además, Cristina Mateos conquista su segundo título de Campeona en unas circunstancias atípicas: alternando el Torneo con el Campamento escolar.
Redacción.-
El relato de la participación de la sevillana Cristina Mateos ‘PEKE’ en el Torneo Nadal celebrado en Madrid esta semana no puede ser un relato normal, porque no es normal lo que ha afrontado la joven tenista, con éxito además. No puede ser un relato sólo de aspectos técnicos, aciertos o errores en los partidos disputados esta semana. No. No se puede reducir sólo a esa descripción de buenos, regulares o malos golpes, porque en este Torneo la PEKE, la súper PEKE, ha demostrado mucho más que jugar al tenis. Ha demostrado incluso más allá de su conocida garra. Ha realizado todo un derroche de capacidad de sacrificio, de concentración, de pundonor… una fiera, un animal escapado entre las cuatro vallas de una pista de tenis, una auténtica máquina de competir que se niega a doblegar su raqueta sobre la tierra batida hasta que se quede sin el último hálito que expirar.
Hacía tres semanas se había proclamado Campeona del Torneo Nadal-Alicante. Hace dos semanas que había estado siete días en Pontevedra en el Campeonato de España, un viaje larguísimo y mucha tensión, alcanzando una excelente posición de semifinalista. La semana siguiente viajó a Zaragoza para participar en el Torneo nacional TTK ‘Warriors Team’ logrando alzarse con el título de Subcampeona. Tras jugar el pasado domingo esa final, otros ocho centenares de kilómetros hacia Sevilla, llegando sobre las doce de la noche. Llegaba esta semana, una semana en el que se cruzaban dos eventos muy significativos para Cristina: el Campamento de fin de curso de su colegio de Calasancias-Sevilla y el último Torneo del Circuito Nadal Tour. Había que elegir: diversión a tope durante ochos días con los compis del Cole, o la tensión y dureza del Torneo más difícil. A cualquier crío de 12 años que se le planteara esta disyuntiva tendría clara su elección. PEKE no lo tenía nada claro. O sí: quería estar en ambos eventos, lo que ya es una clara demostración de su capacidad de sacrificio. Curiosamente, el Campamento era en la Sierra de Guadarrama (Madrid) y el Torneo Nadal era en el Club Internacional de Tenis, en Majadahonda (Madrid); sólo les separaban 28 km.
Los muy buenos resultados de PEKE en los anteriores torneos del Circuito Nadal de este año (Subcampeona en Sevilla y Campeona en Alicante, más semifinalista en Zaragoza y cuartos en Barcelona) la habían colocado tercera del ranking del Circuito, matemáticamente clasificada para el Master de septiembre (las ocho mejores) en la Academia de Rafa Nadal en Mallorca. No necesitaba jugar este Torneo. Podía no jugarlo y volcarse plenamente a disfrutar con sus compis en el Campamento…. pero la ‘máquina de competir’ también quería más tenis; y tenis duro, el de más nivel. Y así surgió la idea de compatibilizar ambos: Campamento y Torneo Nadal. Una locura, una aventura, un arriesgado atrevimiento. Estos Torneos necesitan de la máxima concentración, de periodos de descanso, de entrenamientos diarios durante el Torneo, de respetar las horas de sueño, de una alimentación adecuada, y de un descanso reparador sobre una cama, más que dormir en un saco de dormir en una tienda de campaña…
Era la apuesta y la decisión de PEKE: quería los dos. Su entorno le pidió que reconsiderara la decisión, y que eligiera y se centrara en uno: diversión o tensión. Pero lo tenía claro: los dos. Ambición pura. Aseguró que sería capaz de asumirlo, que sabía lo que tenía que hacer y cómo desconectar de uno a otro escenario. El mismo lunes pasado, tras llegar a Sevilla la noche del domingo desde el TTK-Zaragoza, otra vez en ruta: hacia la sierra de Madrid al Campamento en el bus escolar con sus compis del cole. Lunes, martes y hasta las dos de la tarde del miércoles: diversión, senderismo, piscina, juegos,… A las tres se vestía de tenista, y mientras se iba vistiendo iba cambiando el carácter para que aflorara la guerrera de la pista. A pesar del cansancio acumulado, a las cuatro de la tarde estaba calentando físicamente para afrontar su primera ronda del Torneo Nadal-Madrid a las cinco. La jugadora local Natalia García era su primera rival. Sorprendentemente fresca, la PEKE solventó el partido de forma ejemplar, venciendo con un 6-0 y 6-0. Tras el partido, ducha y otras vez ‘a su aire’ en el Campamento con el resto de actividades.
El jueves, a las 10:30 de la mañana, ya en octavos, se complicaba el torneo con la asturiana Alicia Celorio. Ese mismo jueves, mientras PEKE salía del Campamento en coche hacia las pistas de tierra batida del Club Internacional de Tenis para sufrir en lo que sabía que iba a ser un partido duro, un autobús trasladaba a sus compis del cole al parque Warner a pasar un día completo de diversión. Eligió,… y a sus 12 años eligió sufrir. Lo que ni ella esperaba es que fuera a sufrir tanto. Partido agónico, épico, de tres horas y media. PEKE comenzó controlando bien el partido, con un 3-0 favorable. Tras el encuentro reconoció que en ese momento, con esa holgada diferencia, miró la hora y pensó que el partido sería breve y que se perdería poco tiempo en la Warner con sus amigos, y pronto iría tras el partido a sumarse al grupo. Ese pensamiento de relajación le costó tres juegos seguidos, con una rival que hizo uno de sus mejores partidos del año, abriendo ángulo desde el fondo de pista y ocupando mucho espacio, con muy pocos fallos. Con el 3-3 apareció la angustia y la hiperventilación en la PEKE. Al no respirar bien, las ideas no fluyen y la ansiedad por el resultado hicieron blanco en la guerrera, que se veía impotente para frenar una arrolladora Alicia Celorio que seguía sumando un juego tras otro hasta encajarle seis seguidos: del 3-0 favorable, al 3-6 de derrota en el primer set. Fue entonces cuando la fiera que lleva dentro comenzó a salir, a correr por cada rincón de la pista, a dejarse la piel en la tierra, a salvar bolas que eran ganadoras a base de un derroche de pundonor y preparación física. Se llegó a un emocionante 5-5, y PEKE seguía creyendo firmemente en ella, hasta lograr los dos juegos seguidos que le llevaron al 7-5 y empatar el partido a un set. El tercero de desempate fue también vibrante, pero ya PEKE dominaba. Llegó a disponer de un 5-3 pero recortó Alicia a un 5-4 para poner mayor tensión… Pero la sevillana era ya imparable en su alma de guerrera, cerrando el tercer set de forma favorable 6-4. Tras tres horas y media de partido, ducha en vestuarios, almuerzo en el mismo Club…. y a la Warner a 50 km para sumarse a sus compis de Campamento y seguir toda la tarde en plena actividad hasta las nueve y media de la noche.
Al día siguiente, el viernes, llegaba aún un pasito más de complicación: en cuartos le esperaba la canaria Luna Di Noto. El primer set fue disputadísimo, con alternancia en el marcador, pero con un sprint final de PEKE para imponerse 6-4. Largo set. Al comenzar el segundo set se impuso la frialdad e inteligencia de PEKE hasta un 3-0, pero otra vez cuando más favorable lo tenía le dio vértigo ver el triunfo tan cercano y los nervios le traicionaron hasta un 3-4 abajo. En plena crisis de confianza, removió en sus entrañas para sacar la garra necesaria para empatar 4-4 y colocarse arriba 5-4… le quedaba un juego para ganar el set y el partido… Pero otra vez al ver tan cerca el triunfo sintió vértigo, pánico… y el retroceso en su juego le dio alas a Luna, que empató a 5-5 e incluso a para ponerse arriba 5-6. El sufrimiento de PEKE era expresivo. Otra vez demostró por qué nunca nadie la da por derrotada y sacó fuerza interior, animándose en positivo de forma efusiva y, con pleno corazón, empató al 6-6, forzando el tie-break de desempate. Fue dominando el desempate hasta colocarse 5-3. Por tercera vez en el partido, cuando más cerca de nuevo veía el triunfo, a sólo dos bolas de ganar, el vértigo al triunfo reanimaron los fantasmas de sus miedos y quedó bloqueada hasta perder cuatro bolas consecutivas y por tanto el 5-7 y set para la canaria. A pesar del enorme varapalo, la guerrera no se rindió, bebió, se mojó la cabeza, salió como un resorte a la pista, auto-hablándose con un continuo «va, va, va…. va tía, va…», un ánimo y un talante que daba miedo, con hambre de triunfo. Apareció de nuevo la fiera que esconde un cuerpo de niña de 12 años para, en un derroche de capacidad de sacrificio, mental y físico, tras más de tres horas de partido, ganar el tercer set -ahora sí de forma contundente- con un 6-2. Cuatro horas de partido al sol, más el cansancio acumulado del partido del día anterior de 3,5 horas y lo que supone la actividad infantil de un Campamento. Inexplicable.
Ayer sábado, semifinal contra su amiga valenciana Carla Verdú, con la que nunca antes había jugado. De nuevo se repetía la transformación: en pleno Campamento, a las 8 de la mañana, la PEKE comenzaba a vestirse de tenista a la vez que iba cambiando su talante divertido por uno más serio y concentrada para lo que se jugaba dos horas más tarde, el pase a lo que podía ser su tercera final de un Torneo Nadal. Jugó bien Carla, quizás con demasiados fallos no forzados, lo que unido a una PEKE con el objetivo puesto en llegar a la final ‘sí o sí’ hizo imposible ni tan siquiera ganarle un juego. PEKE vencía 6-0 y 6-0 en hora y media. Hubo tres o cuatro juegos con varias ventajas para Carla, pero PEKE supo aguantar, construir el punto y finalmente rematar para ganar todos los juegos.
Y hoy domingo jugaba la final, una final que nadie esperaba entre la sevillana PEKE y su amiga la malagueña Paula Moreno. Se conocen perfectamente, se respetan, rivalizan… Se esperaba que el partido fuera largo… y lo fue. Casi cuatro horas de partido duro, tenso y difícil. Comenzó muy nerviosa la final; tanto que perdió el primer juego 0-1. Empató a 1-1, pero seguía muy nerviosa, con fallos fáciles. En cambio, Paula era la seguridad personificada. Llegó a un 1-3 abajo, pero PEKE no se hundió, sólo que no encontraba explicación a tantos fallos. Su fortaleza mental le llevó a remontar dos juegos y empatar 3-3, pero otra vez cobraba ventaja Paula con un 3-4. La angustia ahora sí comenzaba a hacer diana en PEKE: 3-5. Hubo dos bolas de set para Paula, pero las salvó PEKE. Incluso ganó un juego: 4-5. Y otras dos bolas de set para la malagueña, que ahora no perdonó y venció 4-6 el primer set. Pero quedaba mucho partido, y Cristina lo sabía. Se dijo que «no pasa nada, se remonta», y así parecía ser con un fulgurante comienzo del segundo set con un 3-0 arriba. Ganó un juego Paula, 3-1, y a continuación tuvo una ventaja PEKE para su cuarto juego, pero se le escapó y Paula cogió alas: 3-2 y 3-3. Peke le daba mucha pista y Paula lo aprovechaba, con mejor juego de la malagueña. A pesar de todo, 4-3 para PEKE pero otra vez igualaba Paula a 4-4, con juego en blanco. Otro juego en blanco para Paula le ponía un 4-5 y el partido a tan sólo un juego más. Tuvo en el siguiente juego dos bolas de empate PEKE, que servía con un 40-15. Falló las dos ventajas y se llegó a un iguales 40-40; a Paula le faltaban dos bolas consecutivas para ser la Campeona. Se conjuró PEKE, tragó saliva, botó para sacudirse la presión, miró al frente, sacó el alma de guerrera… y logró el empate 5-5. Con el momento de crítica tensión superado, ganó en seguridad, a la vez que Paula acusaba anímicamente haber tenido a la PEKE contra las cuerdas, a sólo dos bolas… PEKE comenzó con su sprint ganador y se impuso finalmente 6-5 y 7-5. Tercer set de desempate tras tres horas de juego. El bajón anímico de Paula fue visible, cambiando su juego a uno mucho más agresivo, posiblemente de auto-enfado, que le provocó -ahora sí- demasiados fallos en un partido en los que había cometido muy pocos. PEKE, que sabe analizar perfectamente los gestos de sus rivales, aprovechó la coyuntura para poner sobre la tierra batida otra demostración de fuerza mental y poder físico que le llevaron a ganar con total seguridad y un talante de Campeona hasta cuatro juegos seguidos: 4-0. Ganó el siguiente Paula, 4-1, y la reacción de Cristian fue la de hacerse gestos de calma y decirse «no pasa nada, tranquila; a seguir». Y así fue, con dos juegos consecutivos que dejaban el tercer set en un 6-1 favorable y la victoria en la final.
PEKE, por segundo torneo consecutivo tras el de Alicante, ganaba como Campeona otro Nadal. Enorme satisfacción, emocionada incluso, exhausta por el gran esfuerzo toda la semana entre los durísimos partidos y el Campamento. Una locura. Un atrevimiento… pero sólo aptas para ‘máquinas competitivas’ con alma de guerrera. Apostó fuerte, muy fuerte, y le salió perfecto. Demostración de capacidad mental y física, además de un tenis variado para adaptarse al ‘tempo’ del partido. Un animal de la competitividad. Una fiera mental. Un físico abrumador.
PEKE recibió el trofeo de Campeona del torneo Nadal-Madrid, así como varios regalos deportivos de varios patrocinadores… y tras la tensión de la durísima final, a la diversión -ya total- de tres días más de Campamento. Insólito.
BALANCE TORNEOS de ‘PEKE’ en CIRCUITO NADAL 2018:
- Nadal-Barcelona (Enero): No participó.
- Nadal-Sevilla (Febrero): Subcampeona (VER).
- Nadal-Barcelona 2 (Marzo): Cuartos de final (VER).
- Nadal-Zaragoza (Mayo): Semifinal (VER).
- Nadal-Alicante (Junio): Campeona (VER).
- Nadal-Madrid (Julio): Campeona (VER).